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Valoración ética en la educación: caminos hacia el cuidado de la naturaleza

Actualizado: 16 ago


educación ambiental

En la actualidad, la valoración ética debe ser un componente intrínseco, cuyo sello sea evidente para que los seres humanos asumamos compromisos sociales y desarrollemos una motivación constante para impulsar proyectos humanistas, bioculturales, incluyentes e innovadores. A partir de lo anterior, Kant propuso que la moralidad debe basarse en principios universales y en el respeto por la dignidad humana, nuestras acciones deben estar motivadas por un sentido del deber y no en función de las consecuencias que se puedan generar. Este principio se conoce como el imperativo categórico, que se formula de varias maneras, siendo una de las más relevantes; actuemos de acuerdo con máximas que podamos querer como leyes universales, como se citó en Rivera (2004).


Los científicos han observado que las actividades humanas en la modernidad y el desarrollo tecnológico están teniendo un impacto tan profundo y duradero en el planeta que podríamos estar viviendo en una nueva época geológica a la que han denominado antropoceno. El antropoceno es una era donde los seres humanos han entendido y configurado las condiciones para adaptarse a vivir en la biosfera, la evolución tecnológica como uno de los logros humanos, ha modificado gradualmente la forma en que nos comunicamos, trabajamos y vivimos, es así que construimos y actualizamos constantemente la tecnosfera. A través del tiempo se pensó en la naturaleza, como nuestro hogar y como proveedora de bienes, como un paraíso para vivir con una fuente inagotable de recursos.


En la actualidad, ante el agotamiento y contaminación de los bienes de la naturaleza, en esta crisis ambiental, se ha propuesto por algunos organismos internacionales y gobiernos, que si seguimos creciendo económica y tecnológicamente, en algún momento, el bienestar nos alcance a todas las poblaciones humanas, logrando un desarrollo sostenible; una racionalidad económica y tecnológica a la que algunos han apostado, y de la cual observamos el limitado y lento progreso en comparación con los acelerados cambios que tienen un impacto en el planeta y en los seres vivos.


Los alcances y mejoras en la salud y la educación con el apoyo de la tecnología son logros que podemos aplaudir, aunque para algunos sectores aún hay una brecha económica por superar. En lo educativo, algunos sectores de la población, pueden enseñar y estudiar a distancia en diferentes zonas geográficas y horarios. Este logro se ha convertido en un pilar fundamental en la formación docente inicial y continua de profesionistas de las presentes y futuras generaciones. Sin embargo, es imperativo que esta educación vaya más allá de la mera transmisión de conocimientos y su validación.


¿Por qué debemos considerar la valoración ética y el cuidado de la naturaleza en la educación?


En principio, aunque pareciera una pregunta de respuesta obvia, debemos recordar que durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI, los seres humanos influidos por la cultura de los países hegemónicos han establecido como propósito, desde la educación formal, no formal e informal una lógica de desarrollo personal, de movilidad social y bienestar como resultado de aquellas personas que estudian, se capacitan, desarrollan habilidades y se insertan exitosamente en el mercado laboral, como sujetos que tienen poder adquisitivo y consolidan sus éxitos individualistas por medio del consumo.


Esta racionalidad perdió de vista los efectos que producen estos comportamientos individualistas, dado que el objetivo económico tuvo éxito en el sentido de lograr que todo lo pensáramos, desde el punto de vista de la acumulación del capital, la producción, el consumo y cómo nos medimos y competimos con otros, a partir del alarde de lo que poseemos y acumulamos. Aunado a lo anterior, las redes sociales se han configurado como la vitrina de acciones y “ejemplos a seguir” que dictan los mal llamados influencers.


Como resultado de las formas de pensar la modernidad, las tasas actuales de extinción son hasta mil veces más altas que las históricas naturales antes de la influencia humana. Cada año se pierden millones de hectáreas de bosques tropicales, por la agricultura, la minería y la urbanización. Los gases de efecto invernadero llevan más de 100 años acumulándose aceleradamente en contraste con el tiempo que tardan en diluirse.


Gas de efecto invernadero

Tiempo en diluirse

Dióxido de carbono CO₂

Puede permanecer en la atmósfera durante varios siglos

Metano CH4

Vida atmosférica más corta que el CO₂ (12 años). Sin embargo, su potencial de calentamiento global es mucho mayor en ese período de tiempo

Óxido nitroso N2O

114 años

Elaboración propia a partir de: IPCC (2007).



El 3% del C02 es provocado por sitios web y plataformas, recordemos que un alto porcentaje de las personas tienen acceso a internet a través de smartphones, laptops, tablets, entre otros dispositivos (Montaña, D.) citado por (Murcia, J. 2022).


Hans (2022), comparte el informe Data Never Sleeps 9.0 de la empresa Domo, el cual señala que cada minuto se envían, globalmente, 70 millones de mensajes en WhatsApp, se visualizan 452.000 horas en Netflix, y se realizan 5,7 millones de búsquedas en Google. La huella ecológica de este tráfico digital equivale al 7% de la electricidad mundial y, si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo. Así lo afirma el informe Clicking Clean de Greenpeace.


En el campo educativo, así como en el ámbito laboral, somos testigos del uso cada vez más frecuente del Big Data, la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), las criptomonedas, la realidad aumentada (RA), la impresión 3D y un incremento acelerado en la producción de materiales digitales, lo que representa un crecimiento en el consumo de energía para su uso, producción y almacenaje, la designación y ocupación de más terrenos para el resguardo de servidores y almacenamiento en la nube y con esto la emisión de gases de efecto invernadero.


En este escenario y en este mes en el que se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales y la semana Mundial del Agua, es primordial regalarnos el tiempo para reflexionar y conocernos, necesitamos aliviarnos del dolor, del estrés, del ruido, del brillo de las pantallas, de la contaminación y de un estilo de vida que está generando un colapso ambiental. Desde el campo educativo, los profesionales debemos pensar con responsabilidad social, y aprovechar el potencial de la tecnología en la educación para empoderar a docentes y estudiantes que contribuyan a la vida en el momento actual y para el día de mañana.


Los profesionales de diversas áreas de conocimiento, deben tener presente los diversos problemas de los cuales hemos sido testigos, solo como ejemplo tomemos en cuenta, los incendios forestales, las olas de calor y la crisis del agua en México, retos en los cuales debemos pensar y problematizar en la búsqueda de alternativas.


La valoración ética en la educación con el uso de la tecnología implica enseñar a los estudiantes a considerar las consecuencias de sus acciones, a respetar la privacidad y los derechos de los demás, y a utilizarla de manera responsable reconociendo y abordando los desafíos éticos que surgen en el mundo actual tecnologizado.


Docentes y estudiantes deben indagar y analizar alternativas desde la educación para favorecer nuevos comportamientos y actitudes, la importancia de la responsabilidad social, de los proyectos bioculturales, de la memoria colectiva, de la diversidad de saberes y de la colaboración entre ingenieros, científicos sociales, especialistas en diversas áreas y los habitantes de una localidad para abordar los desafíos.


Conclusión


Los proyectos de investigación pueden ayudar a explorar soluciones innovadoras, el diseño y comercialización de productos, el uso de la tecnología para la gestión de los bienes de la naturaleza, así como el propio análisis e interpretación de la realidad. Al integrar la valoración ética en los currículos, podemos preparar a las presentes y nuevas generaciones para enfrentar los desafíos del siglo XXI y construir un futuro equitativo. Desde la maestría en Tecnologías e Innovación Educativa en el IESPE, fomento como docente la valoración ética, la responsabilidad social y el pensamiento crítico y celebro que se promueva esto en el instituto a través de diversas acciones formativas.



 

Referencias


Hans, E. (14 de enero de 2022). ¿Cuánto contamina internet? (y qué puedes hacer al respecto). Consultado el 06 de agosto de 2024. Disponible en: https://comunicaciencia.bsm.upf.edu/contaminacion-de-internet/


IPCC. (2007). Si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, ¿con qué rapidez descenderán sus concentraciones en la atmósfera? Consultado el 06 de agosto de 2024. Disponible en: https://archive.ipcc.ch/publications_and_data/ar4/wg1/es/faq-10-3.html


Murcia, J. (12 de marzo de 2022). Casi 3% del CO₂ global es causado por los servidores donde se alojan los sitios web. Consultado el 06 de agosto de 2024. Disponible en: https://www.larepublica.co/internet-economy/casi-3-del-co2-global-es-causado-por-los-servidores-donde-se-alojan-los-sitios-web-3320774


Rivera, F. (2004). El imperativo categórico en la fundamentación de la metafísica de las costumbres. Revista Digital Universitaria 10 de diciembre 2004 • Volumen 5 Número 11 • ISSN: 1067-6079. Disponible en: https://www.revista.unam.mx/vol.5/num11/art81/dic_art81.pdf


Santiago Jiménez, María E., Lazcano Herrero, María E., y Hernández Nolasco, Lilián. (2019). La valoración ética en la educación tecnológica. Innovación educativa (Ciudad de México, 19 (80), 137-160. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-26732019000200137&lng=es&tlng=es.

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