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Foto del escritor Bertha Francisco

Rutinas de pensamiento como medio para desarrollar el pensamiento crítico

¿Qué podemos hacer como educadores para lograr que nuestros estudiantes desarrollen el pensamiento crítico? Sue Borchardt (2014) menciona que una persona con el pensamiento crítico desarrollado tiene el hábito de observar, cuestionar y analizar. Pero, ¿cómo aseguramos que un alumno “piensa”?



De acuerdo con Moore (2015), se define a las habilidades de pensamiento como los procesos mentales que usamos para realizar las cosas, como resolver problemas, tomar decisiones, hacer preguntas, planear, establecer juicios, organizar información y crear nuevas ideas.


Al reflexionar sobre si se puede enseñar a los alumnos a desarrollar estas habilidades, especialistas de la universidad de Harvard en el Proyecto Zero (Zero Project en inglés) formalizaron el concepto de rutinas de pensamiento y las definieron como las estructuras, estrategias o ideas que llevan al alumno a razonar de manera profunda volviendo visibles el pensamiento y el aprendizaje.


De aquí surge otra pregunta, ¿cómo hacemos para que un pensamiento se haga visible? Si logramos que los alumnos, y las personas en general, expresen con soltura una idea bien desarrollada y se plasme en un resumen, en un organizador gráfico, en una pintura, en un esquema, un modelo, etcétera.


A continuación se muestran tres ejemplos de rutinas de pensamiento y el objetivo que se proponen:

  1. Nombre: Puente 1, 2, 3 (o 1,2 3)

    1. Objetivo: Hacer visibles sus pensamientos, ideas, preguntas, y comprensiones iniciales sobre el tema y luego conectarlos.

    2. Descripción: Esta rutina consiste en desarrollar 3 ideas iniciales de un tema no conocido, formular dos preguntas y elaborar una metáfora acerca del tema. Después de estudiar el contenido, escribirán 3 ideas nuevas enfocadas en los conceptos de las ideas anteriores, formular dos preguntas nuevas y crear una nueva metáfora. La parte medular de la actividad consiste en conectar (de ahí el nombre “puente”) sus propias ideas, preguntas y metáforas con las recién adquiridas y realizar una reflexión de cómo cambió su forma de pensar. Por ejemplo, pueden pensar que la segunda Guerra Mundial se desarrolló a partir del capricho sin sentido de unas cuantas personas como idea inicial. La idea final puede ser que Alemania se hizo muy nacionalista después de la firma del tratado de Versalles. Lo interesante será ver cómo conectan estas dos ideas y si cambia su forma de pensar. Es importante que los alumnos escriban ideas bien desarrolladas, aunque el concepto sea equivocado (al inicio). Mencione que no hay ideas incorrectas, solo es un punto de partida para abrir el tema.


  1. Nombre: Nombrar, describir, actuar

    1. Objetivo: Esta rutina se puede usar para mejorar la observación de manera más detallada, desarrollar un lenguaje descriptivo y la memoria. Dependiendo del estímulo o contexto, podría emplearse para el análisis de un contenido específico.

    2. Descripción: Muestre un objeto (puede ser una pintura, una canción, una fotografía, etc.) a sus alumnos y pida que observen con atención; rote el objeto para que tengan otra perspectiva y, después de un tiempo, esconda el objeto. Solicite que nombren todos los sustantivos o cosas que puedan del objeto que acaba de mostrar. Si se tratara de un muñeco, los alumnos podrían nombrar las partes del cuerpo, la vestimenta, accesorios, etc. Recomiende que los escriban para llevar una cuenta de lo nombrado. Como siguiente paso, se sugiere formar parejas. Pida a un miembro que nombre un sustantivo que haya encontrado y la otra persona nombrará un adjetivo que lo describa; si el segundo alumno no se dio cuenta de que existía ese sustantivo, quien lo nombró deberá describirlo. En la última fase, sus estudiantes se concentrarán en una acción. De los sustantivos que nombraron ahora dirán un verbo que describa su propósito. Un ejemplo podría ser bigotes-largos-detectan (en este caso se habla de los bigotes de los gatos que ayudan a detectar objetos cercanos). Pueden o no completar la oración. Los más pequeños pueden ejemplificar los verbos en vez de nombrarlos.


  1. Nombre: Recorrer la semana

    1. Objetivo: Sensibilizar al alumno sobre las conexiones entre la vida cotidiana y lo aprendido en la escuela.

    2. Descripción: Elija un aprendizaje esperado que considere significativo para sus alumnos. Por ejemplo, si están viendo el tema de los recursos naturales y cómo los aprovechamos, solicite que observen con detalle en qué momentos usan estos recursos. Un estudiante podría realizar un registro de cuando se baña o bebe agua; mientras que otro, un registro de una persona que vende frutas en un puesto. Yendo más allá, los alumnos podrían analizar de dónde viene la base de la cama donde duermen o la ropa que usan y los recursos adicionales usados para lograr el producto final.

Al terminar la semana, solicite que compartan sus registros. Hacer este análisis llevará a los alumnos a ampliar su expectativa y aplicación de lo aprendido en clase, conectarán ideas y reconocerán la importancia del aprendizaje en la escuela aplicado en la vida diaria.

Estas son sugerencias y ejemplos de la facilidad del uso de las rutinas de pensamiento. Concédase la oportunidad de probarlas con sus alumnos y comparta con nosotros sus resultados. Verá cómo se genera el aprendizaje echando mano de la creatividad y el pensamiento de sus alumnos.


Para más rutinas puede consultar el material del Proyecto Zero compartido en este vínculo.




Fuente original: redmagisterial.com.

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