La robótica tiene muchas aplicaciones en el mundo real. Se utiliza en fábricas para empaquetar o ensamblar productos, en hospitales para realizar cirugías especializadas, en el espacio para exploración de otros planetas. Ha dejado de ser un tema de historias de ciencia ficción para convertirse en una realidad que está presente en nuestra vida diaria con la tecnología y va ganando importancia en la educación. La robótica educativa se presenta como una poderosa herramienta que nos permite transformar la manera en que aprendemos, teniendo acceso a un gran mundo de posibilidades.
¿Por qué la robótica en la educación?
Entendiendo las nuevas exigencias de la educación se enlistan algunas características que favorecen el aprendizaje a través de la robótica.
Desarrolla habilidades del siglo XXI: Permite a los estudiantes adquirir habilidades para el mundo actual, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad, la colaboración y la comunicación.
Fomenta el aprendizaje activo: A través de la construcción, programación y experimentación con robots, los estudiantes aprenden de manera activa y significativa, lo que les permite retener mejor la información y tener interés en explorar la ciencia, tecnología y las matemáticas.
Promueve la inclusión: Puede ser adaptada a estudiantes de todas las edades y habilidades, lo que la convierte en una herramienta que no deja fuera a ningún estudiante.
Prepara para el futuro: La robótica está cada vez más presente en todos los ámbitos de la vida y es importante que los estudiantes se familiaricen con esta tecnología que les permitirá desarrollar habilidades para competir en los diferentes campos laborales.
Ejemplos de aplicaciones de la robótica en la educación
La robótica educativa ofrece varias posibilidades para favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. A continuación, se presentan algunos ejemplos de cómo se puede introducir la robótica en las aulas:
Programación: Los robots servirán para que los estudiantes comprendan los conceptos básicos de la programación, desde la lógica y desarrollo de algoritmos. Se pueden programar robots para realizar movimientos simples como desplazarse de un lugar a otro, subir o bajar sobre rampas y se pueden realizar tareas cada vez más complejas como detectar obstáculos en un laberinto o apagar y encender luces.
Matemáticas: Los robots pueden utilizarse para mostrar conceptos matemáticos de forma práctica y visual, por ejemplo, se pueden programar robots para dibujar formas geométricas, calcular distancias o representar ecuaciones gráficamente. Aprender matemáticas va más allá de la propia disciplina, tal y como explica la maestra Concepción Ruiz en este video.
Ciencias: La robótica puede ayudar a explorar conceptos científicos de la física y la química. Los estudiantes pueden realizar experimentos con robots para investigar el movimiento, la fuerza, la energía y las interacciones entre diferentes sistemas. Incluir la robótica en las aulas genera habilidades de pensamiento hipotético deductivo que pueden desarrollarse desde la educación primaria y contribuyen a la inclusión de niñas y niños en la construcción del conocimiento científico.
En conclusión, la robótica tiene un gran potencial para favorecer el aprendizaje de los estudiantes a través de la experimentación, es una herramienta que ayuda a los alumnos a desarrollar habilidades esenciales para el mundo actual, fomentar el aprendizaje activo y promover la inclusión.