En los últimos años, la educación superior ha experimentado una transformación acelerada, impulsada en gran medida por los avances en las tecnologías de la información y la comunicación. Los posgrados en línea se han consolidado como una opción atractiva para profesionistas que desean ampliar sus conocimientos sin interrumpir sus actividades laborales. Este modelo formativo cuenta con años de evolución, adaptación y respuesta a las circunstancias sociales, políticas, económicas, ambientales y de salud. Un ejemplo claro fue el desarrollo de herramientas y aplicaciones que permitieron a las universidades ajustar sus actividades durante la pandemia por COVID-19. En ese periodo de distanciamiento social fue de suma importancia mantener una comunicación efectiva para mitigar los efectos del aislamiento, logrando que docentes y estudiantes continuaran con actividades académicas más allá de la simple entrega y evaluación de tareas.
Vega, et al. (2021) definen las competencias como “procesos complejos de desempeño con idoneidad en determinados contextos, a partir de la integración de diferentes saberes (saber ser, saber hacer, saber conocer y saber convivir) para realizar actividades y resolver problemas con sentido de reto, motivación, flexibilidad, creatividad, comprensión y emprendimiento, dentro de una perspectiva de procesamiento metacognitivo, mejoramiento continuo y compromiso ético”.
La importancia de desarrollar competencias docentes en entornos virtuales
El auge de la educación en línea, junto con el incremento de oportunidades laborales en modalidad oficina en casa han transformado radicalmente el escenario educativo y profesional. En este contexto, el desarrollo de competencias docentes específicas para entornos virtuales se ha vuelto indispensable. Esto responde a la necesidad de adaptarse a una realidad cada vez más digitalizada, que exige docentes flexibles, capaces de ajustarse a las diversas necesidades y estilos de aprendizaje de sus estudiantes.
Mejora de las experiencias de aprendizaje
Las herramientas digitales ofrecen la posibilidad de crear experiencias de aprendizaje dinámicas y participativas, promoviendo la colaboración y el trabajo en equipo. En ese sentido, los docentes pueden adaptar los contenidos y actividades a las necesidades de cada estudiante, fomentando aprendizajes significativos. Por ejemplo, se puede diseñar un juego de rol por medio de la plataforma Padlet, donde el docente y los estudiantes representen a pedagogos y utilicen el tablero para compartir ideas, complementando la actividad con debates en Google Meet. En la medida en que los docentes desarrollan competencias en el manejo de herramientas digitales para sus clases, los estudiantes aprenden de los mismos recursos y, en consecuencia, se preparan para entornos de trabajo a distancia, semipresenciales o presenciales.
Cuando los resultados en una clase no cumplen las expectativas, suele identificarse como causa una comunicación deficiente. Aspectos como la falta de claridad en los objetivos del curso, explicaciones insuficientes sobre las actividades o el escaso uso de herramientas tecnológicas afectan negativamente la experiencia educativa. De acuerdo con García, et al. (2018) la presencia docente “contempla el diseño, la facilitación y la dirección de los procesos cognoscitivos y sociales con la intención de lograr resultados de aprendizaje personalmente significativo y educacionalmente valioso. Garrison et al., (2000) propusieron tres categorías de indicadores de presencia docente: diseño instruccional y organizacional, facilitación del discurso, e instrucción directa”.
Los entornos virtuales de aprendizaje exigen competencias en comunicación efectiva, resolución de problemas y creatividad y trabajo colaborativo. Este último, cada vez más valorado en diversos sectores profesionales y en este ejercicio debemos fomentar el diálogo para abordar lo que sabemos, lo que no sabemos y lo que hemos aprendido acerca de un contenido, Google Meet por ejemplo, permite estar conectados en videollamada para este ejercicio educativo, superando brechas de distancia y tiempo, permitiendo:
La presencia cognitiva “describe el grado en el que los alumnos son capaces de construir y confirmar el sentido y significado de los contenidos abordados a través de la reflexión y el discurso sostenidos (Garrison, Anderson y Archer, 2001)” (García, et al., 2018).
La presencia social, que se refiere “al grado en que los participantes en un ambiente de aprendizaje en línea, se sienten social y emocionalmente conectados con los otros. Garrison (2011) la define como la capacidad de los participantes para identificarse con otros, usar una comunicación propositiva, y desarrollar progresivamente relaciones personales y afectivas a través de la proyección de sus personalidades individuales. Incluye tres categorías: expresión emocional, comunicación abierta y cohesión de grupo” (García, et al., 2018).
Conclusiones
La oferta de empleos en modalidad trabajo en casa ha aumentado considerablemente, lo que abre nuevas oportunidades para docentes capacitados en entornos virtuales, esta tendencia se ve reflejada en plataformas de empleo como LinkedIn, Indeed y Computrabajo que muestran un aumento significativo en la publicación de ofertas de empleo para docentes con modalidad home office en los últimos años.
En resumen, el docente en línea debe desarrollar competencias específicas que le permitan manejar una variedad de herramientas y plataformas educativas, desde los sistemas de gestión de aprendizaje (LMS) hasta las herramientas de colaboración y comunicación sincrónica y asincrónica. También de diseñar experiencias de aprendizaje significativas y atractivas, esto implica seleccionar y adaptar materiales, crear actividades interactivas y evaluar el progreso de los estudiantes de manera flexible. La comunicación es el eje de todo proceso educativo, y en los entornos virtuales adquiere un rol crucial al fomentar interacciones significativas. Asimismo la gestión eficaz del tiempo es esencial para coordinar las múltiples tareas que implica la docencia en línea, desde la planificación de las actividades hasta la evaluación de los estudiantes en horarios de trabajo específicos y respetando las decisiones institucionales, legales y el marco de sana convivencia que proteja a todos los participantes.
Referencias
García, Benilde; Serrano, Edna L.; Ponce Ceballos, Salvador, Cisneros-Cohernour, Edith J.; Cordero Arroyo, Graciela y Espinosa Díaz, Yessica. (2018). Las competencias docentes en entornos virtuales: un modelo para su evaluación. RIED. Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, 21(1), pp. 343-365. DOI: http://dx.doi.org/10.5944/ ried.21.1.18816
Vega Lebrún, Carlos Arturo; Sánchez Cuevas, Mariano; Rosano Ortega, Genoveva y Amador Pérez, Silvia Elena (2021). Competencias docentes, una innovación en ambientes virtuales de aprendizaje en educación superior. Apertura, 13(2), pp. 6-21. DOI: http://dx.doi.org/10.32870/Ap.v13n2.2061