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CAMBIAR LA CONDUCTA DE LOS NIÑOS Y NIÑAS SIN CASTIGOS



La conducta en los niños y niñas: Desde el punto de vista pedagógico, resulta indispensable enseñarles a los niños diferentes conductas o formas de comportarse sin recurrir a los castigos, puesto que éstos sirve pero no siempre transmiten lo que queremos que los niños aprendan.

Por ejemplo, si reprendemos a un niño con un castigo porque mintió, probablemente él dejará de mentir si el castigo es grande o le duele. Por el contrario, si no somos justo en el castigo o nos excedemos creamos en su psiquis un registro erróneo respecto de lo que es el castigo y la manera de corregirlo en ellos.

Por tanto, sugerimos que las conductas inapropiadas de los niños se pueden corregir en la mayoría de los casos sin castigos. ¿Cómo se cambia la conducta de los niños y niñas sin castigos?

La respuesta es simple pero no fácil de aplicar: ofreciendo alternativas.

Veamos 6 consejos que debemos tener en cuenta:

  1. No refuerces las conductas inapropiadas de los niños. Premia las conductas alternativas de ellos:

  2. El contacto visual resulta ser (psíquicamente hablando) el reconocimiento del otro en nuestras vidas. Los niños también se reconocen por la mirada del otro, dado que ellos mismos tienen su personalidad en formación. La falta de contacto visual (cruce de miradas entre adulto y niño) produce un efecto psíquico interesante: al principio el niño puede duplicar la rabieta, pero luego cesará de hacerlo puesto que no se sentirá reconocido como sujeto por la falta de mirada y de diálogo. Esto es conveniente implementarlo o no teniendo en cuenta el contexto.

  3. Cuando el niño se haya calmado, habla con él/ella de lo sucedido.

  4. Refuerza las alternativas positivas que el niño tenga. Pon las opciones a la vista del niño: puedes describirlas mentalmente o bien escribirlas.

  5. Utiliza la empatía para que tarde o temprano él/ella comprenda lo que siente la otra persona frente a una conducta inapropiada por parte de ellos. En este punto debemos evitar el sentimiento de culpa gratuitamente pero sí debemos hacer hincapié en el sentimiento del resto de los participantes y de cómo se han sentido cada uno de ellos con la conducta inadecuada de él/ella.

  6. Muéstrales las consecuencias de sus actitudes inadecuadas en relación a ellos mismos y en relación al entorno involucrado en el asunto.

  7. Ayúdale a reconocer sus propios sentimientos.

Temas como este permiten reflexionar en la interacción maestro-alumno e inclusive director-docente y padres. El saber cómo conducir a otros para el logro de metas previstas se llama liderazgo.

Existen muchos tipos de liderazgo ¿Cuál es el tuyo? Identifícalo y busca potenciarlo a través de la Maestría en Dirección y Gestión del aprendizaje que ofrece IESPE a través de EDILAR


 

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